MAURO MINA
EDITORIAL
16 DE OCTUBRE
DE 1962
M
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auro Mina, nuestro gran
campeón tiene mañana en el número uno del Ranking Mundial, el norteamericano
Eddie Cotton, la prueba decisiva a sus aspiraciones de llegar al título mundial
que ostenta otro norteamericano: Harold Johnson. Para nuestro crédito, es la
oportunidad más preciada de llegar a alcanzar la cima de su profesión, de su
deporte, de sus más caros anhelos, no solo para obtener, como lógicamente
aspiran todos los deportistas, aún profesionales, sino para darle al deporte de
su patria el más grande galardón de cuantos en la historia deportiva del Perú hayan
podido obtenerse.
Esta es una ocasión que
Mauro Mina no puede dejar pasar, porque de su resultado depende, no solo su futuro,
sino la justificación de su prestigio en el consenso internacional y el derecho
a un combate por el título mundial. Mina no solo representa en el boxeo peruano
una figura de orgullo para todos, sino que como deportista refleja el grato
ejemplo de la disciplina, la responsabilidad, la decencia y la capacidad humanas,
virtudes muchas veces difíciles de reunir en hombres que logran un sitial de
gran popularidad y jerarquía.
Muchos y valiosos
atributos adornan a nuestro gran campeón, por ello y por sus excepcionales
condiciones de pugilista extraordinariamente dotado, es que la afición y el
pueblo entero han erigido a este auténtico gladiador de ébano como su máximo
ídolo deportivo. Esta será una fecha inolvidable para todos, porque el ídolo
nacional, nuestro gran campeón sudamericano, la más brillante figura del
momento, tendrá frente a sí la prueba más dura de su exitosa carrera dentro de
las doce cuerdas de un ring.
El rival, Eddie Cotton,
es de la misma jerarquía, por ello el compromiso adquiere relieves de categoría
y promete ser sensacional. De allí el inusitado interés, el nerviosismo de los
fanáticos y de todos aquellos que seguimos paso a paso y pendientes a nuestro
gran favorito, estrechamente unidos, como lo hemos sentido siempre a través de
sus espectaculares triunfos.
Por otro lado, no
podemos dejar de expresar los notables pergaminos de excepción del gran adversario
de mañana, cuya condición de primero en la cotización mundial claramente
expresa la seriedad de sus condiciones deportivas. El más serio reto a la calidad
indiscutible de nuestro campeón. Por eso Mauro Mina enfrentará a un auténtico
boxeador, al que solo doblegará imponiendo sus condiciones y atributos. La
lucha será dura, ardua, difícil y de esa demostración de capacidades que ambos expondrán,
saldrá a no dudarlo ese espectáculo incomparable, pleno de calidad y de emoción
que todos esperamos.
Anticipar un pronóstico
es muy difícil porque la calidad de los púgiles no anticipa superioridad
particular en ninguno de ellos. Para unos, Eddie Cotton, es un deportista de
mayores recursos, más experiencia, con técnica excelente y con pegada capaz de
ofrecer un resultado contundente y sorpresivo. Pero a estas cualidades habrá
que oponer las de nuestro campeón, cuyo progreso es evidente en cuanto a
calidad técnica, agregando la capacidad física extraordinaria de un hombre
fuerte y maduro con dos puños cargados de dinamita. Armas contundentes que han
sido y serán, seguramente, las que sirvan para demostrar de una vez por todas
que Mauro Mina está debidamente preparado y capacitado para vencer al mejor,
incluyendo al mismísimo campeón mundial, si la oportunidad se le presentara.
Este servidor
particularmente cree en Mauro. Yo le tengo absoluta fe en sus excepcionales
condiciones y en el extraordinario estado técnico, físico y principalmente
anímico en el que se encuentra. Mina es un pugilista que reúne todas las
condiciones para lograr su objetivo, a pesar de enfrentar al más difícil rival
de su carrera deportiva, el mejor de todos a los que ha vencido, pero son
precisamente estas circunstancias las que me llevan a crear más y a sentirme más
confiado en nuestro campeón.
Sinceramente, si se me
exigiese un pronóstico de este combate, no dudaría en señalar a Mauro Mina como
el vencedor y vencedor concluyente sin lugar a dudas, porque su modalidad y sus
condiciones naturales, exigen un victoria por knock out. Por lo que si esto es así,
su triunfo deberá decidirse entre el tercer y quinto round, pues las
características del rival dificultarían las posibilidades de nuestro campeón
más allá del quinto round.