viernes, 20 de marzo de 2009

PARA MI ABUELITO RAÚL

En la década de los 80`, durante mi niñez, aprendí recién a seguir con curiosidad e inquietud aquel deporte del cual se hablaba con mucho entusiasmo entre los miembros de mi familia: el fútbol. Con apenas 6 años recuerdo aún los partidos de Perú en el mundial de España 82, los goles de Paolo Rossi con la “Azzurra” en el pecho, la celebración de Marco Tardelli y la goleada que nos propino Polonia en el ultimo partido de Perú en un mundial.


Mi interés por el fútbol fue creciendo con los años junto con el cariño hacia Universitario de Deportes, el equipo de la familia. Durante esta etapa de noviciado en el deporte, asistíamos al estadio acompañando a mi abuelo, mi abuelito Raúl, y nos colocábamos en la butaca más alta de la tribuna de occidente del coloso de José Días, exactamente debajo de la caseta de transmisión de Pregón Deportivo, o del antiguo y querido estadio de Odriozola, el LOLO FERNANDEZ para ver los desbordes, con baile incluido, de Cochoy Rey Muñoz, los goles de penal convertidos por el Diablo Drago y más adelante para acompañar a mi hermano Guillermo Ferrari en sus primeros años como profesional con la camiseta crema.

 
Recuerdo ocasiones en las que llegábamos a las 10 de la mañana, esperando los famosos tripletes de domingo y observaba con curiosidad, desde una tribuna totalmente vacía, cómo se afinaban los últimos detalles (desde el pintado de la cancha hasta la distribución de los banderines) para dar inicio a la jornada futbolística, mientras mi abuelo hacia lo propio en la caseta de su querido “Pregón Deportivo”.


Gracias a mi abuelo y su amor por este deporte es que pude disfrutar del ambiente que se vive detrás de un partido de fútbol y me di cuenta que este no empieza con el pitazo del árbitro ni termina luego de 90 minutos, es todo un mundo escondido para aquel que solo lo ve por TV. Creo que la forma más emocionante de vivir un partido de fútbol es a través de la radio y mi abuelo junto con toda su familia de Pregón Deportivo sabía trasmitir esa emoción. Gracias Abuelo por enseñarme esa parte del fútbol que no todos ven y que yo pude vivir por tí.

 
Gracias Abuelito Raúl.

Piero Ferrari Goyburu

2 de febrero de 2009 6:49

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos tenemos que agradecerle a nuestro querido abuelito Raul por su amor y cariño que tenemos tan presente. Primo te felicito por esas lineas dedicadas al abuelito.

Guillermo Ferrari dijo...

Raul Goyburu Ezeta, formo parte de una de las mejores generaciones de periodistas deportivos en el Peru.En la actualidad no hay ninguno que se le pueda acercar. Abuelo, siempre te tendre presente....y Dale U