martes, 15 de abril de 2008

ATLÉTICO CHALACO, el fortín del puerto







ATLÉTICO CHALACO: EL FORTÍN DEL PUERTO

Glosa deportiva por Raúl Goyburu Ezeta.


Para hacer recuerdos, para hablar de historia, para saborear gratos momentos del deporte nacional, hay que hablar del Callao, del viril puerto chalaco, rincón del Mar Pacífico, orgullo de la peruanidad.

Cancha de la Mar Brava, de la tierra mía
Alma deportiva del ¡chim pum Callao!
En viejos domingos, ¿quién no te invadía?
Iba el palomilla y hasta el más pintao.

En La Punta, nada o salta potreros.
Practica el atletismo. Juego el Voleibol.
Así es la Chalaca de ojos altaneros,
Asidua del cine y aplaude el fútbol.




Para el hombre del puerto, envuelto en las redes pesqueras de noches y madrugadas en medio del mar. Para los bronceados hombres fuertes del primer puerto peruano. Para esa juventud que a través de toda la historia del deporte nacional ha escrito páginas de oro en el libro de los recuerdos, con las jornadas más hermosas y emotivas del Callao. Para ese puerto de pescadores y deportistas, del ¡chim pum! símbolo de la furia porteña a cuya sola voz se alza el espíritu de sus hombres y el corazón de sus mujeres y que cuando la emoción y el alma han rebasado los templados nervios de su juventud a la voz de ¡se salió el mar!, para todos ellos que traen a nuestra memoria días de sublime remembranza a las orillas de la romántica Mar Brava, cuyas noches de luna bañan con tinte de plata el amoroso coloquio de la Arenilla.

Muro del Aromito
Criollo con sus conchas.
Medio por un bonito
Sin pesqueras ni tronchas.

¡Oh Pampa de la Mar Brava
Que el tiempo se llevó!
El fútbol que yo alabo
Tu salitre gustó.


El porteño chalaco, puro y viril, sigue su propia vida y gesta su propio destino. Por eso, el deporte chalaco lleva en sus venas la hirviente sangre de su calor juvenil. Permanente, ilimitado, sincero y valeroso. Si fuéramos a hacer historia del deporte en el Callao, deberíamos empezar por el principio y al hacerlo, comenzar por señalar lo que representa su historia y su valor encerrados en tres palabras: Club Atlético Chalaco, la institución deportiva en cuyos viejos pergaminos está impreso el ayer y hoy del deporte del Callao, el club que es alma y tradición del primer puerto peruano, fundido en las brasas ardientes de las aulas escolares del Instituto Chalaco.

Corría el año de 1902, cuando un grupo de inquietos jóvenes de la época fundó lo que a través de los años se constituiría en el símbolo viviente de la valerosa juventud chalaca. Al recordarlo, es como pasar las viejas páginas de un amarillento álbum de glorias y hazañas que perviven en la perennidad del corazón y el espíritu de esa buena gente porteña: sencilla, deportiva y patriótica, como la hermosa casaquilla del Atlético Chalaco que desde su primera luz resplandeció en los colores rojo y blanco para mantener latente la insignia de la Patria.

Al seguir pasando estas hojas trajinadas por los años, nos embarga la emoción cuando encontramos en ellas los más hermosos y gratos ejemplos de figuras chalacas que brillaron con luz propia en el firmamento del deporte nacional.

¡Oh fútbol chalaco que en las Chacaritas
Vistió su entusiasmo, volcó al callejón.
En tren o en tranvía, miles de banderitas
En himnos de triunfo, pintó la emoción.

Así el fútbol se metió profundamente en el corazón de estas gentes de mar, de esos pundonorosos incondicionales que convirtieron al Atlético Chalaco en el Fortín Deportivo del Callao. De los Carbajo a los Saldarriaga, Martínez, Punte, Dañino, Arana, Salas, Fajardo, Durán, Ureta, Almenara, los Alcalde y tantos otros auténticos y fieles deportistas que se entregaron con alma, corazón y vida al servicio de su querido Chalaco y su entrañable puerto.

Poza de San Vicente
Y la Quinta Carmela.
De la alegría urgente
Al trago y la vihuela.

Callao de los campeones
De fútbol y natación.
Muy alto son tus pendones
De gloria y tradición.

El Club Atlético Chalaco ha recorrido sus años y su vida institucional dentro de una trayectoria que enorgullece no solo al deporte porteño, sino que el prestigio y categoría que esta querida y vieja institución del puerto supo conquistar, le permitió sentar sus reales a nivel nacional. Y es que el deportista porteño se caracteriza y define por una peculiaridad muy propia, casi exclusiva, que representa su profundo amor por todo lo que significa su Provincia Constitucional y que podríamos definir como la Furia Porteña: valor, decisión así como un inquebrantable espíritu pleno de coraje deportivo.

Sin embargo, Atlético Chalaco no nació precisamente para el fútbol, sino que fue el críquet, ese deporte inglés que por esos tiempos había inquietado a los deportistas del puerto, quien le dio partida de nacimiento. Pero… el tiempo se encargó de dar forma y atracción a su destino y los chalacos no pudieron escapar a la nueva y arrolladora fuerza con que hizo su aparición el que se convertiría en el rey de los deportes: el fútbol.

El Gálvez se lucía
allá en Santa Beatriz
donde el Alianza se erguía
en su escuela directriz.

¡Oh gran fútbol glorioso
Del Juan Vielovusic,
Maestro portentoso
Que en otros tiempos vi.

El Club Atlético Chalaco, como todo lo auténtico y valioso, posee una historia de alegrías y éxitos, pero también de amargos instantes en los que pese al esfuerzo de sus directivos ha transitado por caminos difíciles y pedregosos que solo ha podido superar por el coraje de su propia gente, cual Ave Fénix, poseedor de una fuerza irreductible que lo ha mantenido siempre como el centinela de noches y días que parecían interminables, para resurgir siempre al calor de la lucha, cual timonel de su querida Provincia de añoranzas, de éxitos y de fracasos, con el propósito de llevarla siempre a puerto firme y seguro.

Entonces se decía:
¡Mamita los chalacos!
Y en Lima se aturdían
La gente y los cachacos.

Así ha sido, así es y así será el Chalaco, institución de indudable categoría y orgullo para ese fortín deportivo que es el Callao. Dentro del fútbol peruano, este club ha cumplido una larga y meritoria campaña desde los lejanos días de sus primeras intervenciones futbolísticas frente al Lima Cricket, tiempos aquellos de la antigua y hoy desaparecida cancha de los ingleses: Santa Sofía.

En esa perspectiva van y vienen nombres que seguramente para las nuevas generaciones no representan siquiera un recuerdo por lo lejano, como los hermanos Claudio y Humberto Martínez, y el abuelito Telmo Carbajo, auténticos símbolos del deporte chalaco; y la lista continúa… los Alvarado, Durán, Almenara, Mendizábal, Calderón, Castillo, Nuñes, Ramírez, Morales y tantos otros…

Fútbol de los Martínez.
Epopeya triunfal
Cual potro que sus crines
Sacude el vendaval.

Cosas del gran Gambetta.
Del chalaco emoción.
Noches de retreta
Allá en el malecón.

Con el paso de los años, Atlético Chalaco, el decano del deporte del Callao, vio nacer en su propio reducto a otra institución que se convertiría con el tiempo en su más encarnizado y clásico rival deportivo: el Club Sport Boys Association. Un hito en la historia que trae como lógica consecuencia el reconocimiento al viril Puerto del Callao como un auténtico semillero de grandes valores, no solo en el fútbol, sino en otras disciplinas deportivas como el cricket, el water polo, el básketbol, el boxeo y el atletismo, que se constituyeron en baluartes de los seleccionados peruanos.

Así es el Atlético Chalaco, la vieja y querida institución porteña, forjada en el alma misma del primer puerto peruano, dispuesta siempre a renovar esfuerzos tras una etapa bastante ingrata en pos de retomar el sitial que jamás debió dejar escapar.

¡Oh Callao del deporte
Y del Señor del Mar!
Viril tu seño y porte
Fue en acción popular.

Viril fama llevaste
De malo o pendenciero.
Es porque no adulaste
Con sangre de cordero.

¡Chim pum! ¡Callao!


Nota.- Los versos incluidos en esta glosa, pertenecen al libro “Tradición del Club Atlético Chalaco” de Juan L. Arce Rojas.


Raúl Goyburu Ezeta
(Callao 1908 – Lima 1989)




Emitido por Pregón Deportivo. Radio Unión. Década de los 70.

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