FÚTBOL DESCENTRALIZADO 1964 (1)
Fútbol descentralizado.
Eso es lo que ha necesitado desde hace mucho tiempo el fútbol nacional, sea
amateur o profesional. Pero, fútbol descentralizado en la acepción del vocablo…
no fútbol descuartizado, como el que se hizo el año pasado y se pretendió
llamar descentralizado. La
descentralización en el fútbol es llevar su organización a todos los sectores
del territorio nacional, como se hace en otros países como España, Italia, y
para no ir tan lejos, como se está realizando actualmente en Chile y Colombia.
El progreso del deporte
nacional radica única y exclusivamente en juntar las fuerzas de todos para
lograr una tarea efectiva y mancomunada que dé paso al progreso. El
centralismo, negación de todo avance, ha sido un mal que durante toda la
historia de nuestro deporte hemos padecido y que no le ha permitido alcanzar a
lo largo de su trayectoria, un mejor lugar entre los países sudamericanos.
Actualmente, en pleno
año de 1964, el deporte peruano arrastra un retraso innegable. El fútbol
profesional, actividad por excelencia en nuestro medio, padece de una mohosa
organización sin expectativas ni esperanzas de rehabilitación, principalmente
en el aspecto económico que representa la base fundamental para su adelanto
técnico. La organización y reglamentos que han regido y rigen actualmente a
esta actividad, no han permitido que su propia evolución, acorde a los tiempos
que vivimos, haya encontrado el camino para dar un paso adelante.
Sin embargo, al parecer
la Federación Peruana de Fútbol está dando ese primer paso, aunque retrasado,
pero al fin dado. Una decisión que le hacía falta a nuestro balompié desde hace
muchos años. La descentralización efectiva, cabal, justa. Esa misma que es tan necesaria
para iniciar un progreso de expectativas que sean realmente promisorias. Una
descentralización verdaderamente auténtica, extendida a todos los ámbitos del
país con la valiosa contribución del fútbol provinciano.
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