TREINTA AÑOS DE PREGÓN DEPORTIVO... para Oscar Artacho Morgado
Por Raúl Goyburu Ezeta
Amigos de Pregón Deportivo
Compañeros de Pregón Deportivo
Amigos de Pregón Deportivo
Compañeros de Pregón Deportivo
He debido escribir estas modestísimas líneas por encargo de mis compañeros para que a nombre de ellos y del mío propio, expresar a Oscar Artacho, esta especie de recuerdo dedicado a los treinta años de Pregón Deportivo.
Comenzaré por decir con toda seguridad que se trata de una trayectoria no muy común en el periodismo radial (y hoy televisado), en el que un espacio dedicado exclusivamente al deporte consiga haber "sobrevivido" a lo largo de treinta años en base a una labor fecunda, leal y peruanista... Y digo peruanista, porque Oscar Artacho, al pisar tierra peruana allá por 1946, sintió muy íntimamente el acogedor calor de esta tierra, intuyendo quizás algo de lo que sería determinante para su futuro.
Jugador de fútbol desde su niñéz en el tradicional barrio de bonaerense de Liniers, reducto del popular club Vélez Sarfield, de cuyas divisiones surgió hasta llegar al primer equipo, mostrando habilidades de indudable calidad futbolística, la cual debió de interrumpir en breve paréntesis, para cumplir con la honrosa obligación del servicio militar en el distinguido y legendario Regimiento Granaderos a Caballo del Generalísimo don José de San Martín a quien el Perú tanto le debe.
Sin embargo, Oscar Artacho, una vez cumplido su servicio militar, volvió a las canchas cuando el destino hizo que un cierto día se marcara su futuro. Sucedió que el doctor Jorge Alba, por entonces presidente del club Universitario de Deportes, de visita en la capital Argentina, aprovechando su estancia, recibió la recomendación de observar al jóven futbolista Artacho del Vélez Sarfield. Impresionado, gestionó inmediatamente su incorporación al club merengue de Lima.
Pero el destino le jugó una mala pasada: al llegar a Lima se encontró con que la U había cambiado de junta directiva y las nuevas autoridades no estaban reconociendo los contratos firmados por la junta vacante. Fue entonces que el caballeroso dirigente, don Carlos Cárdenas, presidente del club Mariscal Sucre, en un gesto que Oscar siempre recuerda como de gran calidad humana, incorporó a Artacho en las filas de su institución.
Aquí el destino empezó nuevamente a cumplir su misión: Oscar Artacho venía obteniendo sucesivos éxitos en la ofensiva sucrense, cuando en un choque con un adversario, producto de una jugada casual, sufre la fractura de una pierna, quedando largo tiempo inhabilitado de volver a las canchas... Estaba escrito que así sucediera, porque Oscar con su pierna enyesada, lejos de retirarse de los campos de juego, continuó siguiendo de cerca, como espectador, las alternativas del campeonato de aquel año.
Así fue que un buen día, fue requerido por el relator de una emisora limeña, para que hiciera unas apreciaciones acerca del partido que se estaba jugando. En aquel instante, Oscar, se sorprendió ante la responsabilidad del desafío que se le había planteado: hablar ante un micrófono... A pesar de ello, el comentario y el modo de hablar, aún con ese dejo argentino, gustó tanto a la audiencia que el domingo siguiente fue requerido para hacer lo mismo, previo ofrecimiento de unos honorarios que ascendían a la sideral cantidad de diez soles.
Pero Oscar Artacho, resultta que no solo comentó, sino que narró parte del partido y, sobre todo, inició un estilo de cantar el gol que quedó bajo su sello inconfundible hasta el día de hoy. Un sello que ha sido inspiración y modelo para las nuevas generaciones y para los nuevos relatores de los programas deportivos radiales. Fue así que una emisora de gran sintonía por esos años, requirió a Oscar para que tomara la dirección de su espacio deportivo. Un hecho que marcaría el punto de partida de lo que hoy, treinta años después, celebramos como PREGÓN DEPORTIVO.
En esta difícil y hasta mal comprendida profesión del periodismo deportivo, en especial cuando se asume la dirección de un espacio radial, las obligaciones de orden económico juegan un papel decisivo en el futuro de un programa deportivo, en el que la mayoría de los mismos desaparecen tan pronto como aparecen. En Pregón Deportivo, como en todas las operaciones comerciales, se han generado momentos gratos, pero también algunos muy difíciles: esos momentos difíciles son los que Oscar Artacho ha sabido sortear para consolidarse.
Él ha tenido la virtud de mantener su Pregón Deportivo, por encima de los momentos complicados y dramáticos, por eso ha sobrevivido con tino y habilidad, perto también con sentido de responsabilidad y con un gran cariño por su Pregón Deportivo.
Han transcurrido veloces estos treinta años de la familia de Pregón... Y no se puede olvidar a quienes la vida les fue injustamente breve y por quienes guardamos permanentemente en el recuerdo de nuestra profunda amistad, compañerismo y entreñable fraternidad: Lucho Vélez, Ángel Serván, Lucho la Torre, Luis Palma, Eduardo Miller y esa gran figura del periodismo que fue el flaco Rodolfo Espinar, cuya aureola sobrevive en Pregón Deportivo y en el corazón de sus compañeros.
Al rendir este homenaje a Oscar Artacho y a su Pregón Deportivo en su trigésimo aniversario, pido a todos ustedes que levantemos nuestras copas para brindar por su creador y por los que se fueron, pero que siguen viviendo en el corazón de todos nosotros.
¡SALUD OSCAR ARTACHO!
Nota del editor:
Acerca de algunos de los integrantes de Pregón Deportivo, ya desaparecidos para dicha ocasión:
- Lucho Vélez: pseudónimo de José Artacho Morgado, hermano de Oscar Artacho, quien como su hermano también fue miembro del Regimiento Granaderos a Caballo del Generalísimo don José de San Martín. Su potente y emotiva voz cautivó a los aficionados y radioyentes como uno de los mejores narradores radiales peruanos de todos los tiempos. Hombre honesto, con un insuperable sentido de la amistad y de la fidelidad, casó con dama limeña y falleció muy tempranamente en 1967. Quiénes lo conocimos y gozamos de su recia así como de su inocente personalidad, aún lo extrañamos.
-Ángel Serván: se distinguión tempranamente como un jóven y enterado periodista, siempre oportuno en sus acotaciones al pié del terreno de juego. Su magnífica voz y su estupenda dicción estuvieron impulsadas por una sólida cultura general, lo convirtieron en uno de los pilares de Pregón Deportivo. Falleció también de manera temprana en 1968. Lo sucedieron su viuda y sus hijos.
-Lucho la Torre: aún lo recordamos llegando a la Tribuna de Occidente en el Estadio Nacional. Grande, voluminoso, con sus enormes tirantes sobre la camisa blanca, tan enormes como su bondad y sencilléz. Aparecía temprano el día domingo, alrededor de las diez de la mañana, una hora antes que se iniciaran los famosos tripletes.
-Lucho Palma: fundador con Oscar Artacho. Periodista de nota en el diario El Comercio en el que ejerció la jefatura de la página de deportes. Palomilloso e impenitente tomador de pelo, todavía muchos recordamos sus irreverentes anécdotas con Lucho Vélez.
-Rodolfo Espinar: se incorporó a Pregón a fines de los años sesenta, cuando ya era un destacado periodista del diario Expreso. Intelectual de prestigio, llegó a ejercer la presidencia de la Federación de Periodistas del Perú, cargo en el que se desempeñó como el primer moderador de un debate político en la televisión peruana: el famoso duelo de Luis Bedoya Reyes y Jorge Grieve por la Alcaldía de Lima en la Sala Alcedo. Falleció tempranamente a principios de enero de 1969. Intelectual, bohemio y criollo de pura cepa.
2 comentarios:
hola, soy Yair Egüe, visnieto de Oscar Artacho Morgado,y recien encuentro este texto que recuerda a mi visabuelo,y me da gusto a verlo leido, ya que he descubierto cosas que no sabia antes a cerca de él.
Alberto Ramos "Ramitos"
Que recuerdos de años pasado, gracias por mantener encendida esa llama de PREGON DEPORTIVO sintonia sin fronteras por Unión La Radio mas potente del Perú. recuerdo como si fuera ayer esos momentos, y a los "muchachos" en sus diferentes tareas, gracias por las oportunidades que tambien a mi se me brindaron, en Pregon Deportivo. Saludos a todos.
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