lunes, 21 de julio de 2008

50 AÑOS DE LA COPA DEL MUNDO 1928 - 1978





CUARTA ENTREGA: JULES RIMET


Por RAÚL GOYBURU EZETA (Lima, Perú 1977)


La decidida acción del dinámico delegado del fútbol de Francia, M. Jules Rimet, permitió despertar nuevamente la esperanza de una definitiva acción para concretar la primera edición de la Copa del Mundo.

Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, surgieron nuevos inconvenientes y los delegados de las asociaciones y federaciones afiliadas a la FIFA, llegaron a la conclusión de que era casi imposible llevar a la realidad la disputa del fútbol mundial; a pesar que por solicitud de los delegados Manning de Estados Unidos y Johansonn de Suecia, se había pedido dejar sin efecto la calificación de “amateur” para dar cabida a todos los jugadores de fútbol, iniciativa que no tuvo efecto alguno debido a la presión del Comité Olímpico Internacional y a la reglamentación que regía por ese entonces a los torneos olímpicos, la que fue aceptada sin modificaciones, terminando así con las posibilidades de hacer un fútbol libre y sin trabas.

Así transcurrió el tiempo hasta 1914 para que al término del congreso que, vuelto a reunir y con nuevas esperanzas, nuevamente la iniciativa se viera frustrada, esta vez por el advenimiento del la I Guerra Mundial.

La Gran Guerra, dejó en compás de espera todo lo planificado para realizar el primer campeonato mundial de fútbol. Un torneo ya concebido bajo unas reglas que no se interpusieran con el concepto de una competencia abierta a todas la asociaciones nacionales, libres y desembarazadas de las trabas de un amateurismo difícil de definir así como de controlar.

Monsieur Jules Rimet en su libro “La Copa del Mundo”, editado en 1955, refiere desde la óptica de su experiencia que ni al Comité Olímpico Internacional ni la FIFA, les correspondía comprobar la calidad de amateur de un futbolista porque ambos carecían de los medios fiscalizadores para ello. Rimet afirmaba que eran las autoridades nacionales y especialmente los comités olímpicos de cada país los llamados a hacerlo.

La importancia del torneo de fútbol como parte de los Juegos Olímpicos se veía menoscabada al limitarse a ser una competencia solamente posible a una sola categoría de participantes. En esa perspectiva estaba muy lejos de ser un verdadero campeonato mundial de fútbol. Mas bien, correspòndía ala FIFA instituir un torneo digno del título tan prestigioso de una competencia abierta a los equipos verdaderamente representativos de todas las asociaciones y federaciones nacionales afiliadas, sin distinción de categorías. Por este motivo, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1932), el fútbol fue eliminado de las competencias, pues perdía interés un torneo en condiciones tan severas que recortaba las aspiraciones de las naciones participantes.



UNA LARGA ESPERA

La espera fue realmente larga y tediosa para poder encontrar el momento adecuado de emprender nuevamente la batalla por el primer campeonato mundial de fútbol. De 1914 a 1918, la duración de la I Guerra Mundial, prácticamente ató de manos a quienes, desde años atrás venían insistiendo en esta gestión.

Las relaciones internacionales no eran las propicias para reunir nuevamente a los países, especialmente los europeos. Hubo, pues, que esperar la tan ansiada paz mundial para que las federaciones volviesen a tomar contacto entre ellas, siendo la primera tarea pendiente la de revivir a la propia FIFA.

Habiendo fallecido el señor Woolfalf en 1918 y no habiendo sido reemplazado en la presidencia del ente, pronto llegó el momento para que se gestara la primera reunión de post-guerra en 1919 bajo los auspicios de la Asociación de Fútbol de Bélgica en la ciudad de Bruselas. En 1920 se realizó una segunda reunión de delegados, esta vez en la ciudad de Amberes con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos, convocada por la Asociación de Fútbol de Francia.

Diecisiete países se hicieron presentes en Amberes, designándose un Comité Provisional que lo constituyeron los señores Oestrup de Dinamarca, Hirschmann de Holanda y Jules Rimet de Francia sobre quien recayó la Presidencia.


Continuará

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